viernes, 27 de noviembre de 2009

RELIGION


La religión de los mayas era politeísta, ésta regía toda su vida y daba respuesta a sus preguntas sobre el mundo.
Creían en la inmortalidad del alma; igualmente en que los sacerdotes, los guerreros que morían en las batallas, las mujeres muertas en el parto y los sacrificados a los dioses se iban al cielo de las cinco estrellas. Para ellos el mundo era un bloque plano y cuadrado con trece cielos arriba y nueve regiones inferiores abajo. La tierra era la primera capa de los trece mundos superiores y en el último situaban una ceiba donde las almas buenas descansaban. Cada cielo era resguardado por un Oxlahuntikú y cada región inferior por un Bolontikú. El mundo más bajo recibía el nombre de Mitnal donde estaba Ah Puch, el dios de la muerte. En los cuatro puntos cardinales estaban los bacabes que sostenían al mundo, cada uno con un color: Zac el del norte de color blanco, Kan el del sur de color amarillo, Ek el del oeste de color negro, Chac el del este de color rojo, y Yaax el del centro de color verde (relacionado con la ceiba).
Según los reglamentos los sacerdotes sabían todo lo que los dioses querían y lo que les disgustaba; cuando fallaban en sus predicciones significaba que los dioses estaban molestos.
Toda fiesta se iniciaba con exorcismos, ayunos y abstinencias, en especial la del año nuevo. Las casa se limpiaban y todos los trastos se botaban, toda la basura del año era arrojada fuera de la población. Los sacrificios en honor a sus dioses aumentaron con la influencia que ejercieron los mexicas que llegaron de Tula. Las víctimas eran casi siempre prisioneros de guerra y personalidades enemigas. Los esclavos eran sacrificados si sus amos lo disponían, los niños y niñas cuando sus padres los donaban o eran vendidos por secuestradores. Los individuos sacrificados podían ser abiertos en los templos sagrados o arrojados a los cenotes.
Según el Popol Vuh al principio sólo estaba el mar y el cielo, entonces Hunab Ku, el creador, creó al hombre. El primer hombre fue de barro, pero inútil por lo que fue eliminado. El segundo fue de madera mas no sabía adorar a los dioses, por lo cual se exterminó con un diluvio. El tercero y actual lo hizo de maíz; los cuatro iniciadores de la raza humana se llamaron: Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iquí Balam.
Los dioses del firmamento fueron Kin, el sol, patrón de la música, de la poesía y la caza. Uh, la luna, patrona del tejido, del maíz, el parto y las cosechas. Xaman Ek, dios de la estrella polar, protector de viajeros y mercaderes. Noh Ek, el planeta Venus.
Los dioses de los elementos fueron encabezados por Itzamná que era un dios bueno y amigo del hombre. Itzamná era el amo y señor de los cielos, del día y la noche; fue el primer sacerdote, el inventor de la escritura y de los libros, era invocado para que evitara las calamidades públicas. Chaac era el dios de la lluvia y de todo lo que se relaciona con ella. El dios Chaac era un protector de la agricultura y es íntimo amigo de todos los dioses que tienen que ver con ella. Chaac era los cuatro dioses de los cuatro puntos cardinales, cada uno con su propio color: Chaac Xib Chaac el hombre rojo del este, Sac Xib Chaac el blanco del norte, Ek Xib Chaac el negro del oeste, Kan Xib Chaac el amarillo del sur. Además de Chaac estaban los chaques que eran cuatro ayudantes en los que el viejo Chaac delega sus funciones. Los chaques llevaban unas calabazas con agua, unos sacos con viento y un tambor. Abrían los sacos y salían los vientos y con el tambor pues los truenos.
Los dioses patronos eran Ixchel, la señora de Itzamná, se asociaba a la mujer y era la diosa de la medicina y de la procreación, se relacionaba con el agua y se creía que vivía en los lagos, lagunas y cenotes. Ixtab era la diosa del suicidio, los mayas creían que los suicidas iban al paraíso. Ek Chuah era el dios de los mercaderes y el patrón del cacao. Ek Chuah es un dios de dos filos: cuando es bueno protege a los comerciantes y cuando es malo se le asocia con la guerra. El señor de los campos y la agricultura, dios del maíz era Yum Kax, igual patrono de la labranza y como el maíz tenía muchos enemigos. Su destino iba ligado a los dioses da la lluvia, la sequía, el viento, el hambre y la muerte. Los mucemcaboob eran los dioses de las abejas y señores del bosque. Los mames eran dioses del mal que solo en tiempos de crisis aparecían.
Los dioses subterráneos eran dirigidos por Ah Puch, dios de la muerte. Se le asocia con el dios de la guerra y de los sacrificios, sus amigos son el perro, el ave moán y la lechuza (aves de mal agüero).El dios jaguar y los Bolontikú o nueve señores de la noche completan la lista de dioses subterráneos.
Los dioses de la guerra acompañaban a Ah Puch en sus maldades. Los días, los meses y los números del uno al trece eran dioses del tiempo y de los números. Kukulcán era el hombre hecho dios a quien se le atribuía haber puesto los nombres a los lugares, haber repartido las tierras y haber inventado la escritura.

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